miércoles, 29 de febrero de 2012

126 – Pico Lago – Pico Remelende (Puerto de las Señales)


Ruta realizada en fecha 26 Febrero de 2.012

Pico Lago – Pico Remelende, (Puerto de las Señales – León).
La ruta comienza en lo alto del Puerto Las Señales (1.627mts) desde donde dirección Sur alcanza el lomo de montaña por el que se asciende al Pico Lago (o del Pinar), (2.009mts). Regresa al puerto esquiando por el mismo itinerario de subida. A continuación, y también desde el puerto, asciende dirección Norte a la Sierra de Mongayo. Alcanzando la cota Porrones (1.831mts) continúa dirección Este por el cordal de cumbres pasando por la cota Moneo (1.826mts), el pico Mongayo (1.849mts), collado Remelende (1.846mts) y finalmente pico Remelende (1.888mts). Descenso esquiando para terminar en el Puerto Las Señales.

                                                          Pico Lago visto desde Remelende.

                                                     Ubicación del puerto Señales.


Kike, Noelia, César, Elías y Javier.



Hemos llegado al Puerto Las Señales (1.627mts) después de haber observado en Cofiñal que la ruta recomendada por Kike por el valle de Tronisco para ascender el Pico Lago (o del Pinar) no tiene suficiente nieve lo cual obligaría portear los esquís durante largo rato. Por ello cambiamos la estrategia para realizar la ascensión al mismo pico desde el puerto Las Señales. Hoy es el primer día que Noelia se pone esquís de travesía y Kike es de la opinión que el mejor bautismo para ella va a ser ascender el cómodo Pico Lago. Subir, sube bien. Pero bajar sobre los esquís… Ya veremos. Kike piensa que aunque sea ya bajará andando. Los demás no somos de la misma idea y les aconsejamos a ambos que para ser el primer día conviene entrenarse en superficies menos inclinadas como las que observamos en las laderas opuestas a las que estamos siguiendo. Después de haber ascendido unos 150 metros de desnivel, Kike, Noelia y César descienden de nuevo hacia el puerto mientras que Elías y yo continuamos en la ascensión al Pico Lago (2.009mts) que alcanzamos rápido y sin grandes esfuerzos. Desde la cima tenemos unas bonitas vistas como son los cercanos picos de Mampodre hacia el Sur. Cercana está la Peña Ten que vemos hacia el Este y por detrás de esta montaña asoman los Picos de Europa. También se alcanzan a ver Espigüete y Montañas Palentinas. Hacia el Oeste vemos igualmente muy próximo el Pico de San Justo en línea con el valle del Pinar de Lillo. Y mirando hacia el Norte están las suaves laderas que bajan de la inmediata Sierra de Mongayo donde hemos quedado todos para practicar con algo más de comodidad. Descendemos Elías y yo del pico pensando que el resto del grupo mientras tanto ya habrá regresado al puerto. Los encontramos de camino y ya se queda Elías a la vera de Noelia para ayudarla a descender con los mejores consejos e inestimable paciencia del experimentado maestro. Sigo descendiendo y en el puerto ya está César descansando. Tardan en llegar el resto mientras les vemos que van bajando poquito a poco. Me impacienta la espera y coloco las pieles de foca para moverme por las laderas que habíamos mencionado hacia la Sierra de Mongayo. Así alcanzo primero la cota Porrones (1.831mts) para seguir a continuación por el cordal hacia el Este dejando al paso sucesivamente las cotas de Moneo (1.826mts), Pico Mongayo (1.849mts), collado Remelende (1.846mts) y finalmente el Pico Remelende (1.888mts). Un recorrido que sin exigencia completo en poco menos de hora y media desde el puerto. Me entretengo en esta cota un ratillo observando el entorno de montes como los ya mencionados Mampodres y ahora también desde esta perspectiva el Pico Lago, Peña Ten. Un poco más próximo que antes ahora veo Tiatordos… Bien, bien. Me satisface haber llegado hasta aquí y me dispongo para el descenso esquiando y completo la bajada en 15 cortos minutos hasta llegar al puerto donde me reúno con el resto del grupo. Todos deseamos que este primer día de Noelia con los esquís sea el inicio de muchas, muchas y buenas rutas de esta manera. Eso sí. Hará falta paciencia y constancia. Muchos ánimos, Noelia!.
                                                                                                                                       


                                                 Plano y referencias tomados del servicio IGN.


Ahora veamos la muestra gráfica de la ruta…


Desde el Puerto Las Señales comenzamos la ruta hacia el Pico Lago. Noelia se inicia en esto del eski de travesía y mira hacia la montaña a la que llevamos intención de ascender. Por detrás y muy “atento” a su evolución Kike que no querrá separarse un momento de ella.


Hasta allí hay que subir???. Bueno. De momento vamos para allá. Luego…


Kike parece que se ha quedado atrás del grupo desentendiéndose de Noelia. Es que ella marcha como una moto.
Dándole ahora la espalda y a la otra parte de la carretera del puerto Las Señales vemos la montaña Remelende a la que también yo subiré más adelante.


Noelia marcha por delante encabezando el grupo. Y quién le había dicho que esto del eski de travesía es complicado??. Pero esta mujer qué ilusión tiene nada más empezar!.



¡Hola…!



Nos situamos sobre el lomo que asciende a la cumbre del pico Lago. Aquí nos dividimos el grupo. Noelia, Kike y César van a ir bajando poco a poco con la intención de luego practicar mejor sobre las laderas de la otra vertiente del puerto. Elías y yo vamos a terminar de ascender esta montaña.



A nuestra derecha según subimos vemos el valle del Pinar de Lillo. La montaña de enfrente es el Pico de San Justo.


Al fondo vemos esas laderas muy suaves a la otra parte del puerto donde decimos que Noelia podrá practicar mejor que por esta otra montaña.





Placa y buzón de cumbre. Pico Lago. 2009 metros de altura.


Javier y Elías sobre el Pico Lago.


Este es el valle de Tronisco por donde en un principio teníamos intención de subir. En el centro de la imagen se intuye la laguna de Tronisco con la superficie cubierta de nieve.


El macizo de Mampodre que vemos hacia el Sur con el valle de Espinaredo que hacia la izquierda baja hacia Maraña.


Peña Ten y por detrás asoman Picos de Europa.


Descendemos a donde teníamos depositados los esquís para seguir con ellos esquiando. Al fondo las suaves lomas de la Sierra de Mongayo con el pico Remelende en el extremo derecho. Hacia allí seguiré yo más tarde.



En el descenso coincidimos con Kike y Noelia que van bajando despacio. Elías se queda con ellos para ayudar a Noelia. Yo bajo hasta el puerto con la intención de esperarles y seguir juntos por las suaves lomas de las laderas Sur de la Sierra de Mongayo. Como la espera se hace larga, yo me dispongo a subir hacia la Sierra.


Llego a la línea de cumbres sobre el Porrones.


Y capto algunas fotos como esta con el Pico Lago y Mampodres.


Y esta del Tiatordos que también acerco en la siguiente foto con el zoom.



La parte superior de la Sierra de Mongayo. A la izquierda de la foto asoma Peña Ten. A la derecha también asoma Mampodre. Y al fondo en el centro veo la punta del pico Remelende que me atrae.


Voy acercándome y ya estoy muy próximo a Remelende.


En la subida final me veo sorprendido por el parapente que sobrevuela la montaña. Ha despegado de la cumbre de Remelende.



Y llego a la cumbre de Remelende.


Testimonial sobre el pico Remelende.


Composición panorámica hacia Mampodres y Pico Lago.


Valle de Riosol hacia La Uña.



Los Picos de Europa asoman entre Pileñes a la izquierda y Peña Ten a la derecha.
 

Me quedo satisfecho con las panorámicas que disfruto y me voy hacia abajo esquiando. Ya desde el puerto tomo esta foto de despedida con Remelende a la derecha y esa otra cota más cercana que no sé su nombre.


sábado, 25 de febrero de 2012

125 – Bustalveinte y Pizarras. (Lunada - Asón)


Ruta realizada en fecha 22 Febrero de 2.012


Picos del Veinte y Pizarras – Portillo de Lunada, (Cantabria).
La ruta comienza en lo alto del Portillo de Lunada (1.316mts). Sigue dirección Norte bordeando la Mota (extremo occidental del Picón del Fraile) por su costado Oeste hasta alcanzar el collado de Bustalveinte (1.433mts) y posteriormente la cercana montaña del Veinte (1.507mts). Descenso esquiando por las laderas de orientación Este hasta llegar al Valle (1.056mts) antes del Monte Llusias. A continuación la ruta remonta hacia el Oeste para alcanzar la montaña Pizarras (1.474mts). De nuevo descenso esquiando hasta el punto anterior del Valle (1.056mts) desde donde se regresa remontando hasta el collado Bustalveinte (1.433mts). Se desciende esquiando por una amplia canal que inicia en este collado llegando a la carretera de Lunada en la vertiente cántabra (1.250mts) desde donde ya con las pieles de foca se asciende por el lecho de la carretera hasta el puerto de Lunada (1.316mts) donde habíamos iniciado la ruta.

El Picón del Fraile cuyos farallones descuelgan en vertical hacia el valle por el que nos movemos.


                                                                                            Ubicación de la ruta.



Chus, Ana, Raúl y Javier.


Miércoles, 22 de Febrero. Aprovechando las muy buenas condiciones tanto de nieve como climatológicas, para la ruta de hoy hemos puesto el “ojo” hacia el entorno de Lunada donde los muy buenos amigos Chus y Ana nos van a guiar por unos parajes excepcionales. Para ello tenemos la suerte de poder llegar con el coche hasta lo alto del portillo de Lunada (1.316mts) ya que la carretera entre trinchera de nieve está transitable en la vertiente burgalesa. No sería posible acceder al puerto por la vertiente cántabra ya que por ahí la carretera está totalmente llena de nieve. Así que dejando el coche aparcado en lo alto del puerto iniciamos la ruta dirección Norte bordeando la Mota (extremo occidental del Picón del Fraile) por su costado Oeste hasta alcanzar el collado de Bustalveinte. Para bordear la Mota a primera hora de la mañana cuando el sol todavía no ha calentado la superficie de la nieve, es conveniente y necesario colocar crampones y en lo posible no mirar hacia abajo pues impresiona la caída de considerable inclinación hacia el “Resbaladero”  por donde desciende vertiginosa la carretera de Lunada al valle del río Miera en la vertiente cántabra. Superado este trámite nos encontramos mucho más tranquilos cuando ya estamos sobre el collado de Bustalveinte (1.433mts) donde podemos volver a colocarnos los esquís. Ahora sí logramos admirar con más tranquilidad  la espectacularidad de las montañas que nos rodean. Hemos dejado atrás, hacia el Sur, los montes de Valnera con los picos Castrovalnera y Pico de la Miel. Hacia el Oeste alcanzamos a ver Picos de Europa y las montañas palentinas del entorno de Peña Prieta. Al Sur es la montaña del Picón del Fraile con sus espectaculares estribaciones y farallones que descuelgan hacia el Norte al Parque Natural de los Collados del Ason. Es este el entorno hacia el que nuestros amigos nos van a guiar a continuación. Primero, desde el collado y siguiendo dirección Norte vamos a ascender la cercana montaña del Veinte (1.507mts) que alcanzamos fácilmente y con los esquís puestos. Desde esta montaña y ahora en dirección Este disfrutamos de un primer descenso sensacional por unas pendientes suaves y con nieve en excelentes condiciones llegando hasta el Valle (1.056mts), antes de Monte Llusias, tras haber esquiado 450 metros de desnivel. Es el momento de detenernos un rato para tomar un bocado y disfrutar de las buenas sensaciones que nos ofrece la tranquilidad del entorno. Reanudamos la marcha ahora con las pieles de foca para remontar hacia la montaña Pizarras que la tenemos hacia el Oeste. La ascensión es suave y tranquila, nada exigente, que sin detener el ritmo de subida da opción a poder mantener conversación entre nosotros. En estas condiciones seguimos disfrutando de la buena ruta y en menos de hora y media que se nos pasa rápida nos encontramos en la segunda cumbre de la jornada, la montaña Pizarras (1.474mts). De nuevo un descenso esquiando también de gran disfrute por las suaves pendientes que anteriormente hemos ascendido, hasta situarnos nuevamente en el punto desde el que hemos partido en el anterior descanso en el Valle (1.056mts). Una nueva parada en este mismo lugar y vuelta a colocar las pieles de foca para ascender de regreso hacia el collado Bustalveinte (1.433mts) por el que pasábamos a primera hora y al que llegamos tras casi hora y media de suave subida. Desde el collado tenemos dos alternativas para llegar hasta el coche en el puerto de Lunada. Descartamos la ruta que habíamos seguido en la subida a primera hora donde tuvimos que calzarnos los crampones para atravesar la ladera que nos imponía por su fuerte inclinación y por los cortados escarpados por debajo ella. Es seguro que a estas horas de la tarde el sol ya habrá incidido favorablemente sobre la nieve de esa pendiente y podríamos pasarla deslizándonos con los esquís sin el estrés de primera hora. Pero podemos elegir una segunda opción más satisfactoria para todos y que nos lleva a descender por una canal amplia y mucho más cómoda que desde el mismo collado va a dar a la carretera del puerto de Lunada en la vertiente cántabra. Así lo hacemos y esquiamos los 200 metros de desnivel hasta la carretera que en la actualidad se encuentra totalmente tapada con buen montón de nieve. Ya desde aquí solo quedaría la distancia de un kilómetro subiendo por el lecho de la carretera hasta lo alto del puerto. Pero la canal que acabamos de descender no termina en la carretera. Tiene continuidad hasta el valle y tras observar esa superficie continua de nieve nos tienta a Raúl y a mí con la posibilidad de aprovechar algo más el descenso esquiable. Chus y Ana ya se han dado por satisfechos con lo realizado hasta ahora y remontan la carretera. Nos despedimos y nosotros dos seguimos enlazando giros de esquí y tras cruzar una vez más la carretera terminamos este adicional descenso donde el plano señala “Poza del Terreiro” (995 mts). Otros 150 metros de descenso que sumamos y que nos acabamos de regalar. Ahora queda lo peor pero que ya lo teníamos asumido. Remontar hasta el puerto los aproximadamente 300 metros de desnivel. Son las 6 y 10’ de la tarde y es seguro que no llegaremos arriba con luz natural. Vuelta a colocar las pieles de foca y vamos ya para arriba. Seguimos algunos tramos por la carretera y en algún momento también nos motivamos a ascender por las pendientes intentando atajar de esta manera los largos desplazamientos del curso de la carretera. Ya ha bajado el sol que ha desaparecido detrás de las montañas pero todavía disponemos de bastantes minutos adicionales de la claridad que sigue reflejando la superficie de la nieve. El lecho de la carretera no es plano. Los ventisqueros han amontonado la nieve formando trinchera entre la parte de la pared y el borde de la misma con un perfil incómodo por el que avanzar. Esto hace que deslicemos por continuos toboganes llegando finalmente a la posición en la que se encuentra el coche ya de noche cerrada. Son las 8 menos cuarto de este bien aprovechado 22 de febrero.

Tiempo total dedicado a la ruta: 9 horas, 20’
Desnivel acumulado de subida: unos 1.550 metros
Climatología: Día extraordinario de sol, totalmente despejado. Buena temperatura en general, con aire fresco en las cotas superiores y calor en las zonas protegidas.

                                             Plano y referencias tomados del servicio IGN.
                        (En color rojo los tramos de subida  -  En color azul los tramos de bajada).

Ahora veamos la muestra gráfica de la ruta…

                            (También puede verse video-montaje con fotos pinchando en este enlace.)


Estamos saliendo desde lo alto del puerto de Lunada. Ha trabajado la máquina para limpiar la carretera en la vertiente burgalesa hasta la divisoria, pero no hay continuidad por la vertiente cántabra. Así que en teoría, actualmente y hasta que no metan máquina la otra administración vecina, la carretera termina en este punto.  


Vamos en dirección al collado de Bustalveinte flanqueando las laderas que descuelgan de la Mota, (extremo occidental del Picón del Fraile). A primera hora de la mañana la nieve está muy dura y viendo el “patio” que tenemos hacia la izquierda enseguida nos colocamos los crampones para pasar este tramo con mayor seguridad.





Da miedo mirar hacia abajo donde está el valle del río Miera ahí al fondo. Menudo patio!.


Raúl me retrata poco antes de alcanzar el collado.



Nos relajamos cuando después de haber dejado atrás la delicada travesía llegamos al collado de Bustalveinte.


Y ya podemos colocarnos de nuevo los esquís. Detrás queda la ladera brillante que desciende de la Mota.


Composición panorámica con el Castro Valnera montaña más destacada a la izquierda. Abajo el valle del río Miera.


Estamos subiendo hacia la montaña del Veinte que tenemos ahí enfrente.


Mientras subimos Raúl nos hace este par de tomas espectaculares desde la parte superior de la montaña..



Ya hemos alcanzado la cumbre y Ana sonríe al fotógrafo (Raúl).


Ana, Chus y Raúl posando en la cumbre del Veinte. Detrás el Picón del Fraile y los farallones de su vertiente Norte que descuelgan hacia el valle.


Y desde la cumbre del Veinte vamos a disfrutar de un extraordinario descenso sobre una nieve en magníficas condiciones.




Seguiremos descendiendo hasta sobrepasar la franja de bosque que vemos abajo en el valle.




Paramos de esquiar en esta zona donde descansaremos un ratillo. También colocamos las pieles de foca para hacer otra subida, ahora hacia la montaña Pizarras.


Atrás queda el Picón del Fraile.


Atravesamos un corto tramo de bosque.



Y no perdemos de vista en todo el día el característico Picón del Fraile donde desde hace varios años hay unas instalaciones militares de control aéreo.



Las suaves lomas ofrecen una cómoda subida pudiendo mantener amigables conversaciones entre los amigos.




Ya nos encontramos a punto de alcanzar la cota de la montaña Pizarras.



Una testimonial de los cuatro amigos en la montaña Pizarras.
Raúl, Ana, Chus y Javier.


Composición panorámica con las montañas del Picón del Fraile y Castro Valnera.


El Castro Valnera que se nos viene encima con el zoom.


Mirando hacia las montañas Palentinas.


El mar también le tenemos próximo con la ciudad de Santander.


Desde la montaña Pizarras esquiamos hacia el Valle, hasta el mismo punto de donde hemos comenzado esta última subida.




Volvemos a pasar por el bosque que habíamos cruzado hace un rato cuando subíamos.



Y otra vez estamos en el Valle donde hemos de colocarnos las pieles de foca para regresar al collado de Bustalveinte.





En la suave y cómoda subida, Chus, Raúl y Ana.





Cerca ya del collado mientras vemos a la derecha la montaña del Veinte que hemos ascendido a primera hora.


Dejando a nuestras espaldas la montaña del Veinte progresamos por esta arista hacia el collado.


El collado de Bustalveinte que hemos pasado a primera hora. A la izquierda el Picón del fraile. Enfrente la ladera por la que hemos pasado también esta mañana. Pero ahora no vamos a regresar por ella. Descenderemos por unas palas de buena nieve que desde el collado descuelgan hacia la derecha y por las que  llegaremos a la carretera de Lunada a un kilómetro del puerto.




Mirando hacia arriba la pala de nieve que estamos descendiendo.
Cuando llegamos a la carretera, la opción más correcta es colocarnos de nuevo las pieles de foca y remontar el kilómetro que queda hasta el puerto.
A Raúl y a mí nos apetece seguir esquiando hasta el fondo del valle. Luego ya remontaremos aunque seguro que se nos echará la noche. No pasa nada.


Nos hemos despedido de los amigos Chus y Ana que suben hacia el puerto y nosotros dos esquiamos otros 150 metros de desnivel más por esta formidable pala de nieve. No queremos perder esta oportunidad.


Luego claro. Toca remontar… Vamos en busca del trazado de la carretera con la idea de subir por ella. Son las 6 y cuarto de la tarde.


Uf... Ya estamos sobre el trazado de la carretera. Va a ser muy largo el desplazamiento hasta el puerto… Son las 6, 35’ de la tarde.


Raúl me saca esta foto sobre el ventisquero de la carretera.


Recuerde… Que pueden caer piedras sobre la carretera. Raúl con buen humor pese a que el sol se nos va a esconder enseguida…


Dejamos la carretera y probamos de atajar las curvas de su trazado ascendiendo por las pendientes. Nos toca “pelear” con la fuerte pendiente y comprobamos que esta opción de no seguir la carretera nos está entreteniendo más de lo deseado. Son las 7 menos cuarto de la tarde.


Ya estamos de nuevo en la carretera deslizándonos dentro de la larga trinchera que se ha formado por las ventiscas todo a lo largo de la misma carretera.


Cada vez está todo más oscuro… Son las 7 y veinticinco de la tarde.




Ya debe de quedar muy poco para llegar al puerto. Esto es emocionante.


Yo creo que no son caras de asustados. Más bien de satisfacción al haber completando de esta manera una ruta tan extraordinaria. Son las 8 menos cuarto de la tarde de este 22 de febrero.